Dios permite las pruebas, es verdad. Por ejemplo en la historia de Job, el diablo tentó a más no poder la fe de Job quien (por la misericordia de Dios) permaneció fiel hasta el final, y por ello Dios lo recompensó multiplicando sus muchas riquezas.
Pero bueno... no creo que muchos de nosotros hayamos pasado por todo lo que pasó Job, y si tú -querido/a lector/a- has pasado por eso o lo estás haciendo en este momento, ¡Gloria a Dios! Porque 1 Corintios 10: 13 dice:
"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar."
Lo cual significa que puedes resistir mucho porque Dios te ha hecho fuerte.
Sin embargo, no voy a escribir de las pruebas como tal (porque ya lo hice aquí), sino de aquellas circunstancias que nosotros creemos que son pruebas.
Si crees que Dios es como un profesor con la planilla lista en la mano, esperando a que pases la prueba, anotar una buena calificación y pasar al siguiente logro, crees lo que yo creía. Pero resulta que Dios no es así.
Confieso que hace poco me daba mal genio que alguien me pidiera favores, especialmente si tenía que salir de mi comodidad, concentración, o cualquier otro motivo egoísta para hacerlo. Cada que me pedían uno o varios favores de este tipo pasaba algo gracioso en mi cabeza, porque primero me quejaba mentalmente, me amargaba, hacía mala cara, y por último (sin saberlo) de alguna forma terminaba culpando a Dios más o menos así: "Señor, sé que esto es para PROBAR mi..." y cambiaba la palabra de acuerdo a la ocasión: paciencia, humildad, amor, etc.
Ingenuamente creí que una vez superada la prueba, los favores iban a terminar* pero obviamente eso no pasó... yo seguía en medio de mi mal genio, mis malas caras, y mi quejadera, hasta que Dios me hizo entender que esas "pruebas" no van a dejar de presentarse.
Y esas dizque pruebas no van a dejar de presentarse porque va a pasar algo mejor: Dios va a cambiar mi actitud. ¡Claro! es mucho, MUCHO más diferente hacer un favor sintiéndose mal, a hacerlo con gozo, sabiendo que todo lo que hago debo hacerlo como para el Señor, para Su gloria, y con amor,** y cuando eso pase, claramente voy a dejar de verlos como pruebas.
Es mi caso, y por ello hablo de los favores, pero si en tu caso la "prueba" que tienes es una persona que no te agrada, una situación complicada, un defecto físico, o algo por el estilo, quiero que sepas que si tu actitud cambia, la prueba se acaba.
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." Rom 8:28
¿Y cómo podemos cambiar nuestra actitud? De ninguna forma. Sólo Dios puede hacerlo, así que habla con Él, entrégale tus sentimientos, hazle saber que Lo necesitas, porque es verdad que solos no podemos.
Y también hay que leer La Palabra, porque es un perfume y alimento para nuestro espíritu, así como refugio y agua limpia para nuestro corazón.
"La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma:
el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
y dulces más que miel, y que la destila del panal.
Tu siervo es además amonestado con ellos;
en guardarlos hay grande galardón." Sal 19:7-11
Confiemos en Dios y sintamos Su amor aún en las situaciones que nos incomodan.
Gracias por tomarte el tiempo para leer.
*Es gracioso, porque cuando pensaba eso, creía que tenía sentido... pero ahora con más madurez, escribiendo, y pensando bien las cosas, es algo absurdo.
**1 Co 16:14 Todo lo que hagan, háganlo con amor.
Col 3:23 Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los hombres.
1 Co 10:31 (...) háganlo todo para la gloria de Dios.