Los tiempos de angustia

Quiero comenzar el texto de hoy con una imagen muy sencilla de entender, porque creo que me sirve para comenzar a explicar este tema: cuando lavamos la ropa ya sea en lavadora o a mano, siempre termina mojada, y si la guardamos en ese estado, se pudre, o si la vestimos húmeda nos enfermamos, así que tal parece que la solución es colgarla en el tendedero, esperar hasta que se seque y luego plancharla.

De una forma muy respetuosa voy a compararnos con la ropa mojada... luego de que Dios nos hubo lavado con su sangre y con el agua del bautismo aún no somos perfectos, al igual que la ropa por el hecho de estar recién lavada aún no es apta para vestir a nadie; por eso Dios nos "cuelga en el tendedero hasta que nos sequemos" para luego pasar por algo más difícil como el "planchado" para que estemos listos para estar con Él.

Dios trabaja en nosotros aquello que quiere que aprendamos, y cuando pasamos la prueba, es hora de perfeccionar otro aspecto de nuestra vida; y así como nosotros descolgamos únicamente la ropa que ya está seca, así Dios ve nuestro corazón (Hch 15: 9 "Y Dios, que conoce los corazones (...)") y actúa de forma maravillosa en nuestras vidas conforme sea más fuerte nuestra relación con Él.

Muchos líderes "cristianos" enseñan cosas bíblicamente erradas conforme a este tema, todo eso de "ore por dinero, que Dios dice que el que pide con fe recibe", "si da el diezmo verá cómo se le multiplica la plata" y todo lo que implica el evangelio de la prosperidad son formas de engañar y manipular al pueblo de Dios de una forma muy pero muy sutil... es muy cierto que Dios dice en Su Palabra que hay que pedir con fe para recibir, y también es correcto aquello de dar el diezmo para la causa de Dios, pero nunca codiciando dinero ni una vida perfecta aquí en la tierra.

Hechos 14: 22 dice: "(...) Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios." así que Dios deja más claro que el agua el hecho de que no vamos a tener una vida perfecta, ni mucho menos una estancia relajada aquí en la tierra, en Romanos 5: 3-5 dice: "Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado." Que estemos destinados a una vida de tribulaciones no significa que vivamos en tristeza, al contrario, debemos gozarnos en las pruebas que nos son dadas porque eso significa que nuestra fe está siendo fortalecida... si alguien quiere tener los brazos musculosos, debe pasar por el arduo trabajo de levantar pesas muy a menudo -lo cual es un trabajo doloroso y exigente al principio- pero una vez la persona se acostumbre, no sólo se verán los resultados sino que también le será más fácil: y nuestra fe en este caso es quien quiere sacar "músculos" espirituales.

En 1 de Pedro 1: 6,7 dice: "En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo..." ¿No es preferible acaso aguantar pruebas por un poco de tiempo que pasar la eternidad en el lago de fuego? Dios es hermoso, pues la salvación sólo es por gracia -pues nadie la merecía-, y además, Él mismo nos enseña a vivir de acuerdo con su voluntad para tener el gozo de sentirnos felices cuando el mundo se nos viene encima.

Otra bella cita que nos anima a soportar es Santiago 1: 2-7 que dice: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor." Como ves, lo que pidamos tiene que ser de acuerdo a la voluntad del Señor, así como el rey Salomón pidió sabiduría y le fue concedida, así nosotros debemos pedir conforme a lo que sabemos de Dios: que es perfecto.

Bueno, para finalizar ya, te invito a leer Mateo 6: 19-21 y tenerlo presente siempre... porque cuando estés pasando por malos tiempos debes recordar que la vida que realmente nos debe preocupar es la que viene luego de la muerte física, también busca Romanos 8: 18 y 1 de Corintios 10: 12-13... y sin importar si te aprendes los versículos o no, es bueno que los anotes en tu corazón, y que sepas que Dios es un padre que quiere lo mejor para Sus hijos.

¡Que Dios te bendiga mucho!

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